La Abadía se suma a la celebración del Día Mundial del Teatro, cuyo discurso este año corresponde al director escénico griego Theodoros Terzopoulos
Como cada 27 de marzo y desde 1961, los teatros del mundo nos sumamos a la celebración del Día Mundial del Teatro promovida por el Instituto Internacional del Teatro (ITI). En este año en el que la Fundación Teatro de La Abadía celebra su 30 aniversario, adquiere especial importancia esta celebración, ya que desde su fundación, La Abadía celebra las artes escénicas, desde la representación sobre el escenario hasta todas las actividades circundantes al hecho teatral. Bajo los pilares de Acción, Emoción, Poesía y Pensamiento, La Abadía mira al presente y al futuro con la misma ilusión que hace tres décadas y busca la difusión de la cultura a todos los públicos. Desde su concepción como centro de estudios con nuestros cursos y talleres y la inminente creación de Abadía 44, pasando por nuestro proyecto de mediación artística y social ‘La Abadía cruza la calle‘, por los recitales poéticos de nuestro ciclo Poetas en La Abadía por la reflexión a la que invitamos en nuestro ciclo El Faro de La Abadía hasta, por supuesto, nuestra programación.
En un día como hoy, queremos recordar las palabras del director artístico de La Abadía, Juan Mayorga: “Suelo empezar diciendo que dirigir un teatro es uno de los trabajos más bellos, al menos por dos razones: la primera, porque consiste, ante todo, en imaginar ocasiones de reunión; la segunda, porque te da la preciosa oportunidad de acompañar el trabajo de otros creadores y otras creadoras”.
Este año la redacción del manifiesto le ha correspondido al dramaturgo griego Theodoros Terzopoulos, una figura clave en la escena teatral internacional y defensor de un teatro que dé cabida a las realidades más urgentes de nuestro tiempo. También es educador, autor, fundador y director artístico de la Compañía de Teatro Attis, inspirador de las Olimpiadas de Teatro y presidente del Comité Internacional de las Olimpiadas de Teatro. En el Teatro de La Abadía el manifiesto será leído antes de la función de Toná, de Luz Arcas, mientras que en Viejos tiempos, las actrices Marta Belenguer y Mélida Molina y el actor Ernesto Alterio lo leerán tras la representación.

Mensaje del Día Mundial del Teatro 2025
«¿Puede el teatro escuchar la llamada de auxilio que nuestros tiempos están enviando, en un mundo de ciudadanos empobrecidos, encerrados en células de realidad virtual, atrincherados en su sofocante privacidad? ¿Puede hacerlo en un universo de existencias robotizadas dentro de un sistema totalitario de control y represión que abarca la totalidad de la vida?
El teatro ¿está preocupado por la destrucción ecológica, el calentamiento global, la pérdida masiva de biodiversidad, la contaminación de los océanos, el derretimiento de los hielos, el incremento de los incendios forestales y los eventos climáticos extremos? ¿Puede el teatro ser parte activa del ecosistema? Durante muchos años ha sido un espectador más del impacto que hemos tenido los seres humanos en nuestro entorno y se ha visto en dificultades para lidiar con este problema.
¿Le preocupa al teatro la manera en que la condición humana está siendo moldeada y manipulada en el siglo XXI por intereses políticos y económicos, los grandes medios informativos y las compañías que configuran la opinión general?
¿Se preocupa por el papel asumido por las redes sociales que facilitan la manipulación y se convierten en obstáculo, casi insalvable para la comunicación con el Otro?
Un sentido generalizado de temor por el Otro, el Diferente, el Extraño, domina nuestros pensamientos y nuestras acciones.
¿Puede el teatro funcionar como un espacio de trabajo para la coexistencia de las diferencias sin tener en cuenta la herida abierta?
La herida abierta nos invita a reconstruir el Mito. Palabras de Heiner Müller: “el Mito es un agregado, una máquina a la cual siempre se pueden conectar nuevas y diferentes máquinas. Transporta la energía hasta que la creciente velocidad explota el terreno cultural” y, yo añadiría, el terreno de la barbarie.
¿Puede el teatro arrojar luz sobre los traumas sociales y dejar de arrojar luz sobre sí mismo?
Preguntas ciertas que hace Dioniso al teatro cuando pasa por su lugar de nacimiento, el escenario del edificio teatral, y, cual refugiado, continúa su silencioso viaje a través de los paisajes bélicos hoy en día: el Día Mundial del Teatro.
Preguntas que no permiten respuestas definitivas, porque el teatro existe y perdura gracias a preguntas sin respuestas.
Miremos en los ojos de Dioniso, el extático dios del teatro y del Mito, que une el pasado, el presente y el futuro; el hijo de dos nacimientos, Zeus y Semele; la expresión de las identidades fluidas, hembra y macho, iracundo y gentil, divino y animal, en el límite entre la locura y la razón, el orden y el caos; un acróbata en la frontera entre la Vida y la Muerte. Dioniso formula la pregunta fundamental ontológica: “¿de qué se trata?”. Pregunta que conduce al creador a realizar una investigación cada vez más profunda en la raíz del mito y de las múltiples dimensiones del enigma humano.
Necesitamos nuevas formas narrativas cuyo objetivo sea cultivar la memoria y darle forma a una nueva responsabilidad moral y política que emerja de la actual dictadura multiforme de esta nueva Edad Media que vivimos en nuestros días».
Theodoros Terzopoulos.