Información
- Texto
- Harold Pinter
- Dirección
- Beatriz Argüello
- Reparto
Ernesto Alterio
Marta Belenguer
Mélida Molina- Producción
- Lugar
- Sala José Luis Alonso
- Horario
De martes a sábado:
20:00 h
Domingos: 19:30 h
Galería de fotos
«Hay cosas que recuerdo que a lo mejor nunca pasaron, pero, como las recuerdo, ocurren de verdad».
«La atracción que produce Viejos tiempos de Harold Pinter reside en el secreto que esconde. En el misterio no tanto de la trama, como de sus tres protagonistas. Pinter disecciona en este magnífico texto, a tres personas complejas que luchan por encontrar espacios comunes en los que reconstruir un pasado borroso e inarticulado donde las palabras no tienden puentes, sino que levantan muros apenas comunicables llenos de ferocidad y violencia. Tres transeúntes del tiempo, tres soledades que guarda cada una un secreto. Quizá sea el mismo en los tres… quizá el misterio del tiempo no solo les envuelva a ellos mientras los observamos desde el patio de butacas…».
Beatriz Argüello
«Viejos tiempos supone, en la torrencial trayectoria de Harold Pinter, algo así como un cambio de tuerca, un nuevo comienzo o una reinvención tras sus obras de los 60. A comienzos de la nueva década, Pinter se inventa con esta obra (partiendo de sus experimentos previos en obras más breves, Landscape y Silence) una nueva forma de escribir, por la que transitará durante algunos años más: una escritura misteriosa y poética, alejada del realismo, donde lo verdadero y lo falso, la memoria y la invención, y el recuerdo y el sueño se confunden. Viejos tiempos me ha acompañado desde la primera vez que la leí, hace muchos años, y me siento muy honrado de sumergirme en este mundo cargado de melancolía y secretos. Pinter es la razón por la que escribo teatro; traducirlo es mi modesta forma de darle las gracias».
Pablo Remón
Sobre la obra
La llegada de Anna a la casa de Kate y Deeley desencadena una sucesión de recuerdos en cada uno de ellos, cargados de impactos emocionales, que provocan la utilización de estos como arma arrojadiza hacia el otro. El pasado se modifica cada vez que alguien habla de él y pareciera estar más vivo que el presente. Los acontecimientos tienen lugar a medida que son recordados. Los recuerdos se materializan a modo de ficción en el presente, son contados, actuados… son, por tanto, un hecho teatral en sí mismos.