Una entrevista de Yoel Peña
Manuela Velasco lleva toda una vida dedicada a la interpretación. Aunque conocida por su participación en series y películas como Velvet, Aída, Amar es para siempre y la saga de películas REC, siempre ha estado ligada al teatro. La actriz arranca este 2025 acercando al Teatro de La Abadía El sillón K. Cartas desde el olvido: Carmen Conde y Katherine Mansfield, una obra que lleva a escena la figura de la escritora y poeta Carmen Conde y su relación epistolar con la neozelandesa Katherine Mansfield. Y lo hará a través de la palabra, su obra poética, la danza y dos idiomas, principalmente en castellano y algunos audios de la escritora neozelandesa que acompañan las coreografías y cuya comprensión no dificulta el seguimiento de la obra. Del 14 de febrero al 2 de marzo.
Pregunta: La obra gira alrededor de Carmen Conde… ¿La conocías antes de embarcarte en el proyecto?
Manuela Velasco: Tengo que confesar que no la conocía. Recuerdo el día que la directora, Paula Paz, me hizo esta misma pregunta y yo solo pude responderle que me sonaba su nombre, pero no la ubicaba dentro de su propio universo poético. Después de involucrarme en el proyecto y comenzar a investigar, aprender y a buscar textos de Carmen Conde, en distintas librerías, me he dado cuenta de que casi nadie la conoce. Ahora que me toca de cerca su historia, me enfada que no sea reconocida.
P: Por tanto, ¿El sillón K. Cartas desde el olvido: Carmen Conde y Katherine Mansfield surge por la necesidad de homenajear su figura?
M: Absolutamente. Creo que el hecho de poder hacer esta función y que a Paula Paz le haya nacido la idea de llevar su historia a escena es algo absolutamente necesario. Está siendo un viaje maravilloso para, dentro de poco, darla a conocer al público.

P: ¿Cómo te llega el proyecto?
M: Cuando leí el texto que estamos trabajando por primera vez, íntegro de obras de Carmen Conde y Katherine Mansfield, me puse a llorar por la belleza, complejidad y profundidad de lo que ellas plasman. De pronto, sentí una fuerte necesidad de decir todo lo que leía sobre un escenario. Pienso que no voy a tener otras oportunidades tan hermosas, como esta, en el teatro.
P: ¿Qué destacarías de Carmen Conde?
M: Ella tenía incontinencia creativa. Lo primero que me llamó la atención y, poderosamente, ahora me sigue emocionando es que era una niña que lo tenía todo en contra y que no tenía posibilidad económica para estudiar. Tenía una necesidad tan grande de expresarse que buscaba la manera de educarse. Su afán, su empeño y su necesidad de aprender se abrió paso como una cuestión de supervivencia. Ella misma decía que sin la poesía le hubiese resultado imposible vivir.
P: Carmen Conde fue la primera mujer en ocupar una silla en la Real Academia Española, aunque la obra va mucho más allá. ¿Desde qué mirada se cuenta?
M: Llama mucho la atención el hito de que fue la primera mujer en entrar a la RAE. Esto es importante, pero hay que sobrepasarlo. No hay que olvidarnos que lo importante de Carmen Conde es su obra, todo lo que ella escribió y cómo lo escribió. Todos los escritores y poetas que estudiamos en el colegio estaban fascinados y admiraban la escritura y la capacidad creativa de Conde.
P: ¿Cómo ha sido tu proceso para dar vida a Carmen Conde?
M: Han sido unos meses de mucho trabajo. Mi proceso como actriz tenía que ver con imaginar, pero, fundamentalmente con la palabra.
P: Con El sillón K. Cartas desde el olvido: Carmen Conde y Katherine Mansfield también abrazas la danza y el movimiento corporal…
Estoy aprendiendo mucho. Me he dado cuenta de que, más allá del discurso, en el cuerpo está lo verdadero. Poder trabajar el lenguaje del cuerpo junto a Estela Merlos, en escena, es maravilloso. Con la danza se encarna a la perfección la poesía. Se entenderá mejor el movimiento que todo lo que yo voy a decir (risas).