La memoria democrática, la pandemia, el poder de la palabra y la recuperación de la memoria planean sobre seis propuestas diferentes e interesantes

La Abadía apuesta por una temporada 23-24 cargada de obras que trabajan con la memoria como telón de fondo, en el sentido más amplio del propio concepto. Se tratan de seis producciones teatrales que buscan preservar la memoria histórica a través de acontecimientos recientes o pasados, testimonios, documentos y relatos personales, transmitidos por los personajes protagonistas. Con ellos se pretende dejar testimonio de lo acontecido para que haya una pervivencia de los hechos, así como buscar una manera de reconciliar o sanar heridas con las víctimas.

La búsqueda de la memoria en sí misma

Búho arranca este conjunto de actuaciones para centrarse en la pérdida y la búsqueda de los recuerdos de Pablo, un antropólogo forense que sufre una amnesia severa tras un grave accidente. Con una potente propuesta visual, la compañía Titzina, formada por Diego Lorca y Pako Merino, explora en Búho cómo afecta la pérdida de la memoria, gracias a dos años de investigación y trato con pacientes que pasaron por un proceso similar al del protagonista. Búho se estrena el 5 de octubre en la Sala José Luis Alonso y estará hasta el 22 del mismo mes.

La plasticidad de la palabra

La Abadía apuesta por una obra que sitúa el arte de la palabra y la oralidad como vehículo para la transmisión de los hechos y la construcción de las creencias. Esto es lo que sucede en Vuelan palomas, un ‘Arte de sermones para tiempos inciertos‘ que pretende crear un vínculo entre la predicación sagrada y la que podemos estar experimentando en los tiempos inciertos de este siglo XXI. El texto, escrito y dirigido por José Luis Gómez, fundador del Teatro de La Abadía, junto a Javier Huerta Calvo, hace un recorrido por la historia española a través de aquellos sermones como pervivencia de un relato y, por tanto, de una memoria colectiva. Vuelan palomas es un homenaje a la palabra y al poder de la misma, mostrándola como arma de condena y liberación. La representación podrá verse en la Sala Juan de la Cruz desde 26 de octubre hasta el 12 de noviembre.

La memoria democrática

El 25 de julio de 1936, el profesor Antoni Benaiges de la escuela de Bañuelos de Bureba (Burgos) fue fusilado por el bando sublevado en pleno estallido de la Guerra Civil española. El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca cuenta la historia real de este maestro catalán que prometió a sus alumnos y alumnas llevarlos a ver el mar. El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca, es el libro, publicado por Benaiges y sus alumnos, y es también el testimonio de los sueños truncados de aquellos niños y niñas de la República, un documento de la intolerancia manifiesta en una España rota. La obra dirigida por Xavier Bobés y Alberto Conejero llegará a la Sala José Luis Alonso del 13 hasta el 23 de diciembre en horario de tardes. Los días 14, 15 y 17 en horario matinal.

LaJoven vuelve a La Abadía con Proyecto ’36 ’39, una producción que forma parte de Paisaje de devastación. Se trata de un proyecto internacional que cuenta con la participación de Grecia, Alemania y Ucrania, además de España, que tiene como punto de partida el encuentro de los jóvenes con su memoria y la de sus países. Proyecto ’36 ’39 podrá verse en la Sala Juan de la Cruz del 26 de enero al 11 de febrero.

En 1963, Rafael Azcona escribió el guion de una de las películas más emblemáticas del tardofranquismo, dirigida por Luis García Berlanga. Ahora, El verdugo llega a La Abadía con una propuesta atrevida en la versión dirigida por Ángel Calvente, quien adapta la película con una obra de títeres para adultos. Su discurso hace memoria de una España que mantuvo este ignominioso oficio hasta la llegada de la Constitución de 1978, cuando se abolió la pena de muerte. La compañía el Espejo Negro estará con esta obra en la Sala José Luis Alonso del 13 al 24 de marzo de 2024.

Memoria como deuda moral

En la reciente historia de nuestro país también hemos experimentado dos acontecimientos de gran relevancia que esta temporada 2023-24 de La Abadía trae en su teatro de la memoria. El primero será Altsasu, de la premiada Maria Goiricelaya (Premio Max 2023 por Yerma). El 15 de octubre de 2016 un altercado entre vecinos del pueblo y unos visitantes, dos agentes de la guardia civil en tiempo de ocio con sus parejas, desató un juicio de hechos tildados de terroristas. El resultado fue una sentencia fundada en la estigmatización de la sociedad vasca. Del 18 al 28 de enero, en la Sala José Luis Alonso.

La segunda obra que establece un diálogo con nuestro presente es la propuesta de Anna Maria Ricart, Moríos, dirigida por Joan Arqué. Moríos reflexiona sobre la decrepitud de los cuerpos y la vejez digna que se ha ido perdiendo en los últimos años. Basta con mirar hacia 2020 para situarnos en el contexto de la pandemia de la Covid-19 para crear un puente con esta realidad que hizo tambalear los cimientos de nuestro sistema sanitario. Del 11 al 21 de enero en la Sala Juan de la Cruz.