Palabras en penumbra

Sobre la obra

Conocí
la obra literaria de Gonzalo Suárez en el año 1984 a través de la lectura
de una de sus primeras novelas, El roedor de Fortimbrás, (1964), este
hecho cambió mi vida. “Espero que para bien”, me ha comentado él mismo en más
de una ocasión. Yo estoy seguro de que sí.

Desde
entonces, poder adelantarme en todos y cada uno de los textos ha sido un placer
y una experiencia única. Su obra me ha permitido profundizar en mi mismo,
ayudarme a conocerme mejor, a la vez que me ha hecho vivir más intensamente mi
vida, mi realidad, paradójicamente gracias a una obra de ficción.

El
hecho de descubrir que la realidad no es unívoca, que nada más existe a partir
de la capacidad de cada uno de nosotros de recrearla y ficcionalizarla,
generando un vínculo invisible entre nosotros. Yo, que también he hecho de la
ficción mi profesión y del humor mi religión, he sentido escalofríos al
comprobar cómo Gonzalo Suárez, en sus relatos, era capaz; de hablar de si mismo
mejor que yo lo haré nunca. Y quiero suponer que este es un sentimiento
compartido por muchos lectores y degustadores de su labor literaria.

Por
todo esto, y por otras cosas que son difíciles de explicar, creo que vale la
pena acercarse a una pequeña parte de su universo literario y transportarlo a
la escena, con la esperanza y el deseo que los espectadores del montaje puedan
experimentar el mismo vértigo que produce la lectura de sus textos.

Carles Alberola