Información
- Dirección
- Bill Frisell
- Reparto
- Lugar
- Sala Juan de la Cruz
- Ciclo
- Emociona!!! Jazz
Sobre la obra
Hace ya algunos años que, con discos como "Nashville", "Good dog, happy man" o "Ghost town", el guitarrista eléctrico Bill Frisell abandera una atractiva transición entre la música de jazz más aventurera y las sugerentes cadencias del country y el bluegrass. Su fijación con el comportamiento instrumental de un puñado de músicos del área de Colorado, donde -aunque nacido en Baltimore, Maryland- creció, le ha hecho desarrollar un estilo altamente estimulante, propenso, unas veces, a la búsqueda de inspiración en ámbitos estéticos frecuentados por la vanguardia neoyorquina y, otras, sentado en los ecos que pueden llegarle de músicos como Jimi Hendrix o de algunas atmósferas claustrofóbicas próximas a las canciones de Tom Waits.
Frisell es un tipo pulcro hasta en su aspecto físico, un técnico del pedal steel guitar (dispositivo electrónico que emula la sonoridad del bottleneck, o cuello de botella que los bluesmen del Mississippi deslizan sobre el mástil de sus guitarras para proporcionar una nota continua) que debutó con poco más de veinte años de edad al lado de maestros como Jim Hall, Carla Bley, Mike Mantler o Johnny Smith. Desde entonces ha sido hombre al que han requerido en sus aventuras personajes muy variopintos del jazz avanzado. Desde Charlie Haden para una de sus constituciones de la Liberation Music Orchestra, al baterista Paul Motian. Desde John Zorn a Jan Garbarek, John Scofield, Arto Lindsay o Ry Cooder. Su guitarra, mascarón de proa de los fundamentos enchufados a la red en el jazz de hoy, tiene siempre un diálogo fluido y conciso, aunque, como se apuntaba, últimamente esté sentado en glissandos que a otros les hacen rodear y tartamudear la frase continuamente.