Woyzeck

Sobre la obra

En una serie de escenas breves, Büchner nos cuenta la historia de Franz Woyzeck, un pobre soldado raso de una pequeña ciudad. Oprimido por su capitán y sometido a una insólita experimentación clínica por el médico del ejército, los nervios de Woyzeck se encuentran ya en un terrorífico estado de tensión cuando empieza a sospechar que su amada María, de quien tiene un hijo, mantiene un romance con el tambor mayor. La obra dibuja el mapa de la creciente desconfianza y cólera de Woyzeck, que, dominado por los celos y por la desesperación, es llevado a destruir al único ser que ama. Persiguiendo a María, se detiene a la orilla de un lago y, ante su fría actitud, pierde la cabeza y la mata. Después de emborracharse, Woyzeck percibe que las personas le miran de un modo extraño y que aumenta la sospecha a su alrededor. Entonces regresa al lago donde, presumiblemente, se ahoga.
Fragmentario e inconcluso, situado en la confluencia del romanticismo y del realismo social, Woyzeck es sobre todo un manifiesto en forma teatral que aún hoy continúa identificando las estrategias de perversión de la dignidad humana, en las cuales se asienta el sistema capitalista en que vivimos. Optando por una estrategia de denuncia, por una escritura casi terrorista, Büchner nos obliga a reflexionar sobre la miseria y el dolor como núcleos fundadores, pero ocultos, de las llamadas sociedades democráticas. Con la producción de Woyzeck asistimos a una etapa más de crecimiento de un talentoso equipo de jóvenes creadores e intérpretes liderado por Nuno Cardoso.