Casablanc regresa a La Abadía para mostrarnos con virtuosismo quién es ese cómico llamado ‘Yo, Feuerbach’

La obra del dramaturgo alemán Tankred Dorst podrá verse de nuevo en La Abadía del 2 al 19 de noviembre

El próximo 2 de noviembre regresa al Teatro de La Abadía Yo, Feuerbach, lúcida pieza del alemán Tankred Dorst, uno de los grandes dramaturgos europeos, recientemente fallecido, cuya obra apenas se ha visto representada en nuestro país.  Un verdadero canto al veneno del teatro que cuenta con la adaptación de Jordi Casanovas, uno de los autores más celebrados del teatro español contemporáneo, y la dirección de Antonio Simón. En el reparto un magistral Pedro Casablanc como Feuerbach, aparece acompañado por Samuel Viyuela González en el papel del joven ayudante de dirección que recibe al maduro actor en decadencia para una audición.

Cinismo, humor, fuerza y delicadeza se dan la mano en Yo, Feuerbach, estrenado en la temporada pasada con una acogida extraordinaria. En este impetuoso espectáculo sobre las crisis sociales y personales que nos obligan a reinventarnos. Pedro Casablanc, actor que ha protagonizado varias producciones de La Abadía, asume uno de los mayores retos de su carrera en la piel de un cómico en el crepúsculo de su carrera; un artista atormentado con grandes cualidades, pero con algún episodio oscuro en su pasado que le ha llevado a encontrarse sin trabajo. El abismo generacional se levanta entre él y su joven antagonista sobre las tablas, un nuevo e inexperto ayudante de dirección que acaba de llegar al mundo del espectáculo, y que paradójicamente se convierte en su único espectador.

En palabras del director Antonio Simón, “se trata de un texto que habla de las personas que quedan fuera de foco, de la falta de generosidad de nuestra época y de la necesidad de segundas oportunidades. Habla de crisis personales que se enmarcan dentro de crisis sociales. Sin duda, las crisis nos obligan a tratar de vernos de forma diferente, a conocernos mejor, para poder mostrar una nueva versión de nosotros mismos que tal vez ya estaba allí, pero a la que no le prestábamos atención”.

En escena, descubrimos a un conmovedor Feuerbach en su ansia por seducir al joven ayudante de dirección, que genera, a partes iguales, ternura y humor entre la audiencia. El conjunto es un ejercicio de poesía emocional que nos habla de las grandezas y de las miserias de la condición humana. La diferencia de edad entre los dos protagonistas provoca tensión pero también humor. Dos épocas y dos maneras diferentes de hacer se enfrentan así en escena. Desde el patio de butacas somos testigos de la pesadilla de un actor que envejece. Lograr un papel parece ser la única clave para su supervivencia. La genialidad y la locura están emparentadas en un personaje que es cómico y trágico al mismo tiempo.

El ego herido del intérprete se rebela contra el paso de los años en una lucha enternecedora. “He sido convocado para eso, para que usted me vea, para que pueda darse cuenta de si lo que sé hacer y lo que soy corresponde a lo que usted espera”, afirma Feuerbach. Y ese aprender a verse de nuevo y a reclamar una segunda oportunidad se convierten en el eje central de una obraque habla de la creación, del arte del actor y de la representación, pero también del valor de la experiencia, el amor, la gratitud, la empatía, la fragilidad y la diferencia.

En este viaje patético, la obra discurre hacia un final de gran tensión que obligará al público a tomar partido.

Tankred Dorst, fallecido en la pasada primavera a los 91 años, fue una figura clave del teatro alemán y europeo, un escritor comprometido e idealista. Precisamente Yo, Feuerbach ha sido representado en numerosos países, pero también la que es considerada como su obra maestra Merlín, o La tierra desolada. Con relación a España, donde apenas se le conoce, cabe destacar su adaptación de un relato de Unamuno, Fernando Krapp me ha escrito esta carta, y su mirada sobre el conflicto entre Felipe II y el príncipe Don Carlos, Karlos.

Yo, Feuerbach es una coproducción de Grec Festival de Barcelona 2016, Velvet Events y Buxman Producciones.

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