Juguemos, pues. Entremos juntos al juego, ese mundo aparte con su propia dinámica. En esta temporada, tal vez más que en otras, late en nuestra programación el aspecto ceremonial. La celebración luminosa de un encuentro fuera del quehacer cotidiano.
Los que disfrutamos del teatro, como creadores o como espectadores, deseamos romper la rutina. Con algo vivo, cercano, a nuestra medida. Teatro con corazón, cerebro y tripas. Al servicio del público, aunque no necesariamente para agradar al público.
Tanto en el espectador como en el intérprete, el arte teatral requiere, quizás más que otras actividades culturales, atención, concentración e imaginación. Las tres enseguida se disuelven, pero a veces, al concluir la experiencia compartida -el ritual, el juego-, dejan un poso. Con esa ilusión, os presentamos la temporada 08-09 del Teatro de La Abadía:
Bábel, el gran desconocido
Brook, padre e hija
Brossa, el surrealista
Maeterlinck, el simbolista
Odin Teatret, compañía mítica
La paz perpetua, de viaje
Pequeños paraísos, de vuelta
La Reina de la Nit y el género chico
Reyes Magos, cultura naíf
Rigola, visiones de EE UU
Shakespeare, por partida doble
Vidal, artista telúrico
Resumido así, parece caber en una mano. La grandeza se apreciará en el escenario.