Esta divina prisión

Aunque el peso de la tradición hace que aún hoy hablemos de poesía mística casi exclusivamente para referirnos a aquellas composiciones de signo religioso que tratan sobre el encuentro del alma con Dios, lo cierto es que, ya incluso en su etimología, la palabra ‘mística’ tiene un significado mucho menos limitador y más abstracto, que tiene que ver con la idea de misterio, de razón oculta. Escapando de la ciencia por cualquiera de sus resquicios, ese ‘misterio’ ha sido, y parece que seguirá siendo siempre, consustancial a la propia existencia. Por eso, los poetas han hecho de él uno de sus temas más necesarios y universales, abordándolo a lo largo del tiempo desde ángulos tan distintos –y no solo religiosos- como diferentes hayan podido ser sus estados de ánimo y actitudes vitales. Nosotros hemos querido desplegar las varillas de ese abanico poético para mostrar, siquiera un poquito mejor, el profuso y diverso paisaje que en él hay, ofreciendo al espectador un colorido ramillete de composiciones sobre la trascendencia y el sentido de la vida que, por más que sean antagónicas en las reflexiones que proponen, presentan literariamente idéntica belleza y verdad. Para dar cohesión a esa pluralidad de acentos, hemos elaborado una mínima dramaturgia que tal vez permita al espectador reconocer el intrincado camino del alma de un ser humano cualquiera en su intento de aproximación a lo divino. Un camino en el que hay tramos, como no podía ser de otra manera, de fe y de esperanza; pero que discurre otras veces por vericuetos de duda y cansancio, de hastío, de rebeldía o incluso de negación. La sabiduría de Ana Contreras sirve de guía sobre el escenario a cuatro de los mejores intérpretes que pueda uno soñar para que pongan voz y música a esa alma atribulada y anónima; no nos queda sino liberar ahora a las nuestras para que puedan acompañarla en su incierto recorrido por este recital.

“Entrar en el cielo es entrar en nosotros” (Santa Teresa de Jesús)

La mística es un fenómeno que aparece en todas las épocas y pueblos, aunque sus manifestaciones son culturales. Designa una experiencia inexplicable de gozo y libertad absolutas en la que el alma comprende todo, y las distintas vías de acceso a ese momento de éxtasis. En el contexto europeo aparece a partir del siglo XII, y es sobre todo una experiencia femenina. Las místicas (como Ángela de Foligno, Margarita Porete, Hadewijch de Amberes, entre muchas otras) transmiten sus vivencias en lengua materna, inaugurando así las literaturas romances, e inventan el lenguaje del amor. Ese lenguaje es el que ha usado la poesía a lo largo de los siglos para tratar de decir lo inefable. Es el caso de los poetas seleccionados en este recital. Autoras y autores españoles del siglo XV a principios del XX, que comparten, por lo tanto, lengua y cultura: Santa Teresa de Jesús, Sor Isabel de Jesús, Lope de Vega, San Juan de la Cruz, Diego de Silva y Mendoza, Luisa Manrique, Ignacio de Luzán, Sor María de la Antigua, Gabriel de Bocángel, León de Arroyal, Nicolás Fernández de Moratín, Emilia Pardo Bazán, José María Blanco White, Federico Balart, José de Espronceda, Sor María de San José, Tirso de Molina, Fray Luis de León, Francisco de Aldana, Gustavo Adolfo Bécquer, Domingo Rivero y Jorge Manrique. El objetivo de la puesta en escena no es otro que el de propiciar que la palabra llegue pura y desnuda al espectador. Que el sonido, la luz y los símbolos, le permitan atisbar ese instante de belleza, revelación y éxtasis, de la comprensión, el gozo y la libertad radicales.