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Mario Gas rescata para la escena la lírica de Fellini con ‘La Strada’, bella y conmovedora historia de tres cómicos enfrentados a un destino trágico

Alberto Iglesias, Alfonso Lara y Verónica Echegui protagonizan esta fábula sobre el amor, la amistad y la superación personal

Mario Gas regresa al Teatro de La Abadía tras el éxito de Incendios, montaje que logró vender todas las localidades en sus tres periodos de exhibición, y que acumuló un total de 82.000 espectadores entre Madrid y su larga gira por España.

En esta ocasión asume el reto de llevar a escena la emblemática película de Federico Fellini La Strada (Oscar a la Mejor Película Extranjera en 1956) en versión de Gerard Vázquez. Una historia triste, decadente y onírica sobre el destino inevitable y trágico de tres personajes marginales en constate lucha contra sí mismos y la realidad que les oprime a cada paso. Verónica Echegui dará vida a la cándida e inocente Gelsomina, Alfonso Lara interpreta la brutalidad y rudeza de Zampanó, y Alberto Iglesias se meterá en la piel de El loco, el poeta risueño y soñador, que desencadena la tragedia de los tres personajes. Tres vidas en los márgenes del camino, tres cómicos de la legua solos y condenados a un destino precario y vagabundo en la Italia de la Postguerra.

En el equipo artístico Mario Gas cuenta con sus colaboradores habituales: Juan Sanz en la escenografía, Felipe Ramos en las luces, Orestes Gas como responsable del espacio sonoro, Álvaro Luna en los audiovisuales y Antonio Belart como figurinista.

Tras su puesta de largo en el Centro Niemeyer de Avilés el pasado sábado 10 de noviembre, el montaje hará temporada en la Sala Juan de la Cruz de La Abadía, donde podrá verse desde el 22 de noviembre al 30 de diciembre.

             

        
        

Una fábula sobre la amistad, el amor y la superación personal

La Strada cuenta la historia de tres personajes que se encuentran en el camino durante la posguerra. Tres personajes atrapados en una vida a la que están condenados por su propio carácter a un destino trágico que resulta inevitable.

A través de sus continuos viajes, La Strada plantea el circo como metáfora, como espejo en el que reflejar nuestra dificultad para cambiar, para luchar contra las ideas preestablecidas que moldean nuestro pensamiento de forma invisible, de nuestra ceguera para romper las cadenas que nos impiden salir de la caverna y ser más libres.

Entrañable y conmovedora, la fábula que plantea es de rabiosa modernidad. Una tragedia donde lo dramático y lo simbólico conforman un relato poético sobre la fragilidad con la que construimos el sentido de nuestra vida.

La poesía y la miseria se unen en esta obra que refleja la Italia de la posguerra. Todo comienza cuando una muchacha ingenua y tranquila es vendida por su madre a un forzudo de circo, bravucón y violento para que le ayude en su espectáculo ambulante. En el camino surge entre ellos un atisbo de amor, que no consigue aflorar a causa del orgullo de él y la timidez de ella. Ambos comparten una profunda soledad y una vida de marginación, desarraigo y miseria, hasta que se encuentran con El Loco, otro artista de circo que provocará los celos de Zampanó y con ello un trágico desenlace.

    

Sombras de la realidad

Sombras en una pared. Hombres encadenados que interpretan la realidad a través de esas imágenes fugaces. A sus espaldas, la salida de la caverna les ofrece un mundo más amplio, más rico. Un mundo que ignoran.

Valores y creencias son los pilares de la verdad. Crecemos en un contexto de valores y creencias que conforman nuestro mundo. Ideas educacionales y culturales que tomamos como la verdad. Pero, ¿cuántas de ellas solo son sombras en la pared?

La alegoría de la Caverna tiene intacta su vigencia, porque es una metáfora que escenifica un emblema del pensamiento: el abismo entre realidad y representación, entre las cosas en sí y la idea que tenemos de ellas. Y esto no es un juego dialéctico, ni un ejercicio metafísico. El pensamiento del hombre del siglo XXI está lleno de sombras que tomamos por nuestra realidad, prejuicios que balizan nuestras decisiones, y que son las cadenas que nos atrapan en un espacio pequeño y lóbrego. De esto precisamente trata La Strada.

La Strada es una producción de MuchoRuido Récords y La Estrada AIE.

      

      

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