ENTRADAS ABONOS

Desde su vocación de ser un teatro con repertorio, La Abadía presenta de nuevo, por pocos días, uno de sus espectáculos de referencia, ‘Entremeses’

El humor y la picaresca de sus tres célebres historias cómicas conectan de manera inmediata con el espectador

Este próximo fin de semana, 25 y 26 de marzo, La Abadía recupera Entremeses, de Cervantes, espectáculo emblemático de la casa. Desde su vocación de ser un teatro con repertorio, el montaje de José Luis Gómez podrá verse de nuevo en dos únicas funciones, para aquellos quieran disfrutar del ingenio y la luminosa palabra cervantina. Además de las funciones ofrecidas para el público general, unos 2000 escolares de la Comunidad pasarán por la Sala Juan de la Cruz entre el 23 y el 31 de marzo para descubrir el lenguaje entremesil, tan lleno de una comicidad que nos sigue resultando cercana (al igual que la de Goldoni, que la semana pasada abrió el ciclo de comedias en La Abadía).

Fue en la temporada 2014 /15 cuando el Teatro de La Abadía celebraba su XX aniversario con un emotivo reencuentro con esos Entremeses, cuya versión primigenia se estrenó en los albores de La Abadía, en 1996, convirtiéndose entonces y ahora en un gran éxito de público y crítica. Desde entonces, el espectáculo ha podido verse en Washington, Budapest, Venecia, Montevideo, Santiago de Chile y Guanajuato, además de en teatros y festivales españoles.

Entremeses, la velada de tres obras breves unidas por refranes y canciones (La cueva de SalamancaEl viejo celoso y El retablo de las maravillas), está interpretada por algunos de los actores que pertenecieron al reparto original, Miguel Cubero, Lidia Otón, Inma Nieto, José Luis Torrijo y Roberto Mori, acompañados en escena por Eduardo Aguirre de Cárcer, Diana Bernedo, Julio Cortázar, Palmira Ferrer y Luis Moreno. Todos ellos bailando al ritmo de las hermosas melodías compuestas por Luis Delgado.

El encanto de lo popular y la fuerza de la palabra de Cervantes vuelven a cobrar vida en estas tres célebres historias cómicas que versan sobre amores, deseos, engaños, celos y astucia, todo ello con la musicalidad, la sencillez y la picaresca que le son propias. Los habitantes de un pueblo representan, en torno a un gran árbol desprovisto de accesorios, y a modo de fiesta, sus cantes y sus bailes regionales. Una fiesta de la lengua y del teatro que demuestra cómo los Entremeses de Cervantes siguen desprendiendo juventud y lozanía. Una nueva oportunidad para poder disfrutar de esas “obrecillas inmorales”, tal como fueron catalogadas hasta hace bien poco, que representan un llamamiento a la tolerancia contra la sinrazón de las castas y la mitificación de la sangre limpia por parte de los cristianos viejos.

Sinopsis

En La cueva de Salamanca, Cervantes nos presenta a un esposo cornudo y contento, Pancracio. Su mujer, Leonarda, y el estudiante que visita su casa son los principales creadores del engaño al que se le somete. Esto es posible en parte gracias a la desmedida afición de Pancracio por las artes ocultas y a su falta de juicio.

El viejo celoso parte de la misma trama que la novela ejemplar El celoso extremeño. Cañizares, viejo desposado con una mujer joven, está dominado por la pasión de los celos. Su esposa, que vive encerrada bajo siete llaves, maldiciendo a su marido y al momento en que se dejó casar, le engañará en la primera ocasión que se le presente.

En El retablo de las maravillas, cuya trama guarda cierta similitud con el cuento del nuevo traje del emperador y otras tradiciones populares, se evoca una serie de apariciones que solo podrán ver aquellos que no sean hijos bastardos ni descendientes de moros o judíos. Así, Cervantes se burla de los estatutos de limpieza de sangre de la época.

 

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