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El inquietante humor de Invernadero regresa a La Abadía

Tras agotar localidades la temporada pasada, el montaje de Mario Gas podrá verse de nuevo del 2 al 27 de marzo

Invernadero, el montaje dirigido por Mario Gas que ya pasó con enorme éxito por La Abadía la temporada pasada, regresa a Madrid tras un año de extensa gira y unánimes críticas. La obra, considerada una de las piezas más logradas de Harold Pinter, fue escrita en 1958 ante el enorme impacto del autor por la invasión soviética de Hungría y guardada en un cajón hasta su definitivo estreno en 1980. Eduardo Mendoza firma una certera traducción y adaptación de lo que supuso el primer Pinter en la larga trayectoria profesional de Mario Gas, que cuenta con un reparto encabezado por Gonzalo de Castro y Tristán Ulloa, acompañados por Jorge Usón, Isabelle Stoffel, Carlos Martos, Javivi Gil Valle y Ricardo Moya.

Esta coproducción del Teatro de La Abadía y Teatro del Invernadero —que por este proyecto está nominado al Premio Max a la mejor producción privada de artes escénicas— presenta una sátira del funcionamiento burocrático y el gobierno autoritario de un sanatorio cuya naturaleza exacta no se desvela. No está sometido a ningún control y al parecer cualquier tratamiento a sus pacientes está permitido. En plena celebración navideña, el director y su equipo se enfrentan a un nacimiento y una muerte que han tenido lugar en el interior de la institución. ¿Quiénes serán los responsables?, ¿Y cómo hay que actuar ante semejantes sucesos, tan inesperados como comprometedores?

El invernadero, el establecimiento de reposo al que hace referencia el autor, es todo lo contrario de lo que parece o de lo que su pretensión indica: un lugar balsámico y de rehabilitación. Antes bien, es un espacio en el que se ha instalado el terror y la aniquilación psíquica y total, la negligencia y el desamparo y, cómo no, el asesinato, la desaparición impune, y el mutismo institucional. “Estamos ante una fantasía –llegó a sentenciar Pinter– que con el tiempo se ha convertido en realidad”.

Inquietante y mordaz, The Hothouse (Invernadero) pertenece al Pinter de las farsas negras, muy negras; dislocadas, trepidantes, ácidas y corrosivas, como un río subterráneo vitriólico que deshace y disuelve todo aquello que encuentra a su paso; y donde el poder, político y estatal en este caso, asoma su hocico maloliente y exterminador. En palabras de Gas: “No hay un solo Pinter, sino múltiples, unidos por un máximo común denominador: el hombre urbano occidental, su alienación, su disolución, a la par que crece un poder occidental pretendidamente democrático y radicalmente aniquilador”.

Para La Abadía, como coproductor, es el segundo encuentro con  Pinter, tras una lograda puesta en escena por Carles Alfaro con El portero.

 

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